Santiago, 21 de julio 2016 – Intercambio de ideas sobre el rol de las ciudades y de los gobiernos locales en atención e inclusión de los migrantes en las ciudades. Ese es uno de los objetivos del  seminario regional “Inclusión Social de Migrantes y Atención en Situaciones de Emergencias en Contextos Urbanos”, que termina hoy, en esta ciudad.

El primer día de discusión giró en torno a la temática de migración y ciudades, con énfasis en la inclusión social de los migrantes en el contexto de la urbanización. También se dialogó sobre el rol de los gobiernos locales, con énfasis en la experiencia de distintas municipalidades en Chile, Brasil, Ecuador, Argentina y Uruguay.

La segunda parte de los paneles observó las emergencias en los contextos urbanos, enfocando los debates sobre asistencia a los migrantes en situaciones de emergencia. En este panel se compartieron casos específicos de Ecuador, Colombia, Bolivia y Paraguay.

El Coordinador de Desarrollo de Programas de ONU-Habitat en el Hub regional de Bogotá, Roberto Lippi, participó en la sesión inaugural. “Este seminario ocurre en un momento muy relevante para la Agenda Urbana mundial. El 2015 terminó con dos eventos de gran magnitud para reenfocar la senda del desarrollo urbano sostenible en las próximos décadas: la aprobación de la Agenda de Desarrollo 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, además de la Declaración de Paris, que abre la esperanza de un renovado pacto global para enfrentar los rigores del Cambio Climático”.

Representantes de gobiernos nacionales y locales de América del Sur, organismos internacionales, academia y sociedad civil se enteraron que en la actualidad, más del 51% de la población mundial vive en zonas urbanas y que alrededor de 3 millones de personas migran a las ciudades cada semana, principalmente en países en vías de desarrollo.

Para el año 2050, se calcula que la cantidad de personas que viven en  ciudades se duplique, pasando de 3.400 millones de personas en 2009 a 6.300 millones en dicho año. América Latina y el Caribe es una de las regiones más urbanizadas del mundo, con alrededor de un 80% de su población residiendo en ciudades.

Particularmente, en América del Sur, existe un proceso de urbanización intenso en la mayoría de los países, así como una alta concentración de población en grandes ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires, Bogotá, Lima, Quito y Santiago.

Durante su intervención, Roberto Lippi agregó que las ciudades de la región tienen tres grandes retos: la necesidad de disminuir la desigualdad y la pobreza; la construcción de una nueva economía urbana, más sostenible e inclusiva; y la reducción de la vulnerabilidad y de la huella ecológica de las ciudades.

“Es por eso que se viene planteando una "Nueva Agenda Urbana" para el desarrollo de ciudades y de asentamientos humanos equitativos, sostenibles, productivos y seguros. Son estos y otros temas que nos convocan a este Seminario, ya que el derecho a la ciudad se cruza fundamentalmente con los fenómenos migratorios – tanto de la ciudad con su entorno territorial, como en la escala nacional e internacional”.

Caso colombiano

En los últimos cincuenta años las ciudades colombianas se han consolidado por la convergencia de tres grandes fenómenos: (a) los desplazamientos forzados derivados de las distintas guerras internas; (b) la pobreza rural, que ha motivado la migración de campesinos a las ciudades en búsqueda de una mejor calidad de vida; y (c) la explosión demográfica, que ha multiplicado las poblaciones fundamentalmente urbanas.

“Se han configurado y consolidado 41 ciudades con  más de 100 mil habitantes y cuatro con más de un millón (Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga). Hoy, tres de cada cuatro colombianos vive en centros urbanos y el  85% del PIB nacional se genera en las ciudades”, afirmó el Coordinador de Desarrollo de Programas de ONU-Habitat en Colombia.

El principal factor de crecimiento urbano se ha relacionado con las migraciones internas derivadas de los procesos mencionados y que ha llevado a Colombia, en menos de medio siglo, a la transformación de un país eminentemente rural a un país predominantemente urbano, con el 76% de la población viviendo en áreas urbanas.