History-Mandate2 A pesar de que la Asamblea General de la ONU haber instado en varias ocasiones a sus miembros sobre cuestiones relativas a la urbanización, no fue hasta la década del  70 cuando se llevaron a cabo acciones reales aunque poco concretas para tratar del rápido y descontrolado crecimiento de las ciudades. El 1 de enero de 1975, la Asamblea General de la ONU estableció la Fundación de las Naciones Unidas para el Habitat y los Asentamientos Humanos (FNUHAH), el primer órgano oficial de la ONU dedicado a la urbanización. Entonces, bajo la responsabilidad del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), su tarea consistía en ayudar a los programas nacionales sobre asentamientos humanos mediante la provisión de capital y asistencia técnica, en particular en los países en vías en desarrollo. A la FNUHAH solo se le concedió un presupuesto inicial de 4 millones de dólares para un período de cuatro años. En ese momento, la urbanización y sus impactos tenían menos importancia en el programa de la ONU, sobre todo porque dos tercios de la humanidad aún era rural. La primera conferencia internacional de la ONU en la que se reconoció plenamente el desafío de la urbanización tuvo lugar en 1976 en Vancouver, Canadá. Esta conferencia, Hábitat I, resultó en la creación, el 19 de diciembre de 1977, de los precursores de ONU-Habitat: la Comisión de las Naciones Unidas de Asentamientos Humanos (un órgano intergubernamental) y el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (comúnmente llamado Hábitat), que funcionó como la secretaría ejecutiva de la Comisión. En aquel entonces, Hábitat también recibió el mandato de gestionar los fondos de la FNUHAH. Entre 1978 y 1996, con escaso apoyo financiero y económico, Hábitat luchó para prevenir y mejorar los problemas originados por el crecimiento urbano masivo, en particular en los países en vías de desarrollo. En 1996, Naciones Unidas celebró una segunda conferencia sobre las ciudades, Hábitat II, en Estambul, Turquía, para evaluar dos décadas de progresos desde Hábitat I, en Vancouver, y para establecer los nuevos objetivos para el nuevo milenio. El documento político de esta “Cumbre de las Ciudades”, llamado Agenda Hábitat y aprobado por 171 países, contenía más de 100 compromisos y 600 recomendaciones. Entre 1997 y 2002, Hábitat, guiándose por la Agenda Hábitat y, luego por la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, en 2000, experimentó una gran revitalización y usó su experiencia para identificar nuevas prioridades para el desarrollo urbano sostenible y para hacer los reajustes y correcciones necesarios en su dirección y estructura organizativa. El 1 de enero de 2002, mediante la resolución A/56/206 de la Asamblea General, se fortaleció el mandato de Hábitat y elevó su condición a programa dentro del sistema de la ONU, lo que dio origen a ONU-Habitat, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos. Actualmente, se han puesto en marcha recomendaciones clave y ajustes pertinentes, junto con nuevas estrategias para alcanzar el desarrollo urbano y los objetivos y metas sobre asentamientos para los próximos 15 años. La revitalización ha situado ONU-Habitat directamente en medio del programa de desarrollo de la ONU para la reducción de la pobreza, con una estructura más efectiva y funcionarios, y un conjunto de programas y prioridades relevantes. A través de esta estructura y este mandato, ONU-Habitat contribuye al objetivo total del sistema de las Naciones Unidas para la reducción de la pobreza y la promoción del desarrollo sostenible. Actualmente, sus asociados incluyen gobiernos y autoridades locales, así como un amplio rango de organizaciones no gubernamentales (ONG) y grupos de la sociedad civil (GSC).

Mandato y papel en el sistema de la ONU

ONU-Habitat, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ha recibido el mandato de la Asamblea General de la ONU de promover poblaciones y ciudades sostenibles social y ambientalmente. ONU-Habitat es el centro de coordinación para todas las cuestiones sobre urbanización y asentamientos humanos dentro del sistema de la ONU. Los principales documentos en los que se esboza el mandato de ONU-Habitat son la Declaración de Vancouver sobre Asentamientos Humanos (Hábitat I), la Declaración de Estambul sobre los Asentamientos Humanos (Hábitat II y la Agenda Hábitat), la Declaración sobre las Ciudades y Otros Asentamientos Humanos en el Nuevo Milenio, y la Resolución 56/206. El mandato actual de ONU-Habitat también está determinado por la resolución 3327 (XXIX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en 1975 estableció la Fundación de las Naciones Unidas para el Hábitat y los Asentamientos Humanos (FNUHAH). El mandato se extendió en 1977 mediante la resolución 32/162, que convirtió el Comité de Vivienda, Construcción y Planificación en la Comisión de Asentamientos Humanos. A esta Comisión, compuesta de 58 países miembros, la mantuvo el Centro para los Asentamientos Humanos (también conocido como “Hábitat”) que actuó como centro de coordinación de las acciones sobre asentamientos humanos y actividades dentro del sistema de las Naciones Unidas. Más tarde, en 2002, mediante la resolución 56/206, la Asamblea General de la ONU fusionó la fundación FNUHAH, la Comisión de Asentamientos Humanos y Hábitat en ONU-Habitat un programa completo de la ONU gestionado por su propio secretariado y dirigido por su propio Director Ejecutivo (que es también Secretario General Adjunto de la ONU). El mandato de ONU-Habitat incluye otros objetivos de desarrollo que se han acordado internacionalmente, incluidos los establecidos en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas (resolución 55/2 de la Asamblea), en particular el objetivo de alcanzar una mejora significativa en la vida de al menos 100 millones de personas que viven en tugurios para el año 2020,* y el objetivo de reducir a la mitad el número de personas con acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico para el año 2015.** Mediante la resolución 65/1 de la Asamblea General de la ONU, los Estados Miembros se comprometen también a seguir trabajando por ciudades sin tugurios, más allá de las metas actuales, mediante la reducción de la población en tugurios y el mejoramiento de la vida en los barrios precarios. * Este objetivo ya se alcanzó en 2013, siete años antes de la fecha establecida. Sin embargo, el número de tugurios ha aumentado debido a que son más las personas que llegan que las que abandonan los barrios, lo que requiere más esfuerzos y acciones para frenar esta tendencia. ** Procedentes del Plan de Aplicación de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible.

La Declaración de Vancouver sobre Asentamientos Humanos (Hábitat I)

En 1976, alarmada por el rápido y descontrolado crecimiento urbano, en particular en el mundo en vías de desarrollo, la Asamblea General de la ONU convocó la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos (Hábitat I) para que se abordaran los desafíos y el futuro de los asentamientos humanos. Durante la conferencia, en Vancouver, del 31 de mayo al 11 de junio de 1976, se reconoció que las condiciones de los asentamientos humanos afectaban de manera directa el desarrollo humano, social y económico, y que el desarrollo urbano descontrolado tenía graves impactos medioambientales y ecológicos. Esto condujo al Plan de Acción de Vancouver, que destacaba las primeras estrategias a nivel internacional para abordar y controlar las cuestiones del crecimiento urbano. El enfoque hacia la urbanización ya era holístico y mundial, asociando intereses políticos, espaciales, sociales, culturales, económicos y medioambientales. Se dieron recomendaciones a los gobiernos y se les urgió a desarrollar estrategias y políticas nacionales para ocuparse del uso y la tenencia del suelo, el crecimiento de la población, la infraestructura, los servicios básicos y la provisión de viviendas y empleos adecuados, teniendo en cuenta las necesidades de las poblaciones desfavorecidas y marginadas. La piedra angular del mandato de ONU-Habitat quedó establecida por la Declaración de Vancouver y el Plan de Acción de Vancouver.

La Declaración de Estambul sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II) y la Agenda Hábitat

En 1996, la Asamblea General de la ONU organizó la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos, en Estambul, Turquía, para evaluar el progreso alcanzado de los estados miembros para enfrentar cuestiones sobre urbanización desde la Declaración de Vancouver (Hábitat I), 20 años antes. Durante la conferencia, del 3 al 14 de junio de 1996, los gobiernos participantes reconocieron un deterioro mundial de los asentamientos y de las condiciones de vida, que ya había alcanzado proporciones críticas en varios países del mundo en vías de desarrollo. La urgencia de una acción inmediata y valiente se hizo evidente para todos, dando como resultado la proclamación de la Agenda Hábitat, un plan estratégico aprobado por 171 países y con más de 100 compromisos y 600 recomendaciones. Afirmando que “las ciudades deben ser lugares donde las personas puedan vivir con dignidad, buena salud, felicidad y esperanza”, también formuló el doble objetivo actual de ONU-Habitat (otrora la Comisión de Hábitat): 1) asegurar vivienda adecuada para todos y 2) garantizar el desarrollo adecuado de los asentamientos humanos en un mundo urbanizado. A fin de mejorar la calidad de vida en las zonas urbanas y en los asentamientos humanos, la Agenda Hábitat destaca varias áreas de actividad necesarias para el desarrollo urbano eficiente, como una planificación urbana adecuada y el acceso a servicios básicos, infraestructura y vivienda adecuada. Los intereses económicos, sociales, culturales, espirituales y medioambientales también se han contemplado. La Agenda Hábitat, que ya defendía los sistemas descentralizados, estipuló que deben fortalecerse las capacidades financieras e institucionales de municipalidades y autoridades locales, lo que crearía un ambiente positivo y mejor para resolver los problemas del rápido crecimiento de las ciudades. Además, se hizo énfasis a que el sector privado debe asumir más responsabilidades para ayudar a enfrentar el crecimiento de los asentamientos humanos, uniéndose a los esfuerzos de gobiernos y autoridades locales. Asimismo, la Asamblea General de la ONU acordó fortalecer la Comisión Hábitat, tanto su mandato como su financiamiento, para ayudar estados miembros a cumplir los objetivos y compromisos establecidos por la Agenda Hábitat.

La Declaración sobre las Ciudades y Otros Asentamientos Humanos en el Nuevo Milenio

El 9 de junio de 2001, la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración sobre las Ciudades y Otros Asentamientos en el Nuevo Milenio. Esta declaración reafirmó los puntos fundamentales de la Agenda Hábitat y renovó los compromisos contraídos durante la conferencia Hábitat I, en Estambul. Asimismo se indicó con gran interés que, a pesar de los continuos esfuerzos de los Gobiernos por cumplir sus compromisos en relación con la Agenda Hábitat, la situación general de los asentamientos humanos seguía empeorando en muchos países. La extensa pobreza continuaba siendo el principal obstáculo para el desarrollo sostenible en muchos lugares. Además del trabajo en pro de los objetivos establecidos por la Agenda Hábitat, se decidió que ONU-Habitat podría concentrarse en estrategias de erradicación de la pobreza más eficientes. Esto no solo requería una voluntad de renovación política, sino también la movilización y asignación de recursos nuevos y adicionales tanto a nivel nacional como internacional. La Declaración pidió a los países desarrollados que cumplieran su compromiso (contraído por primera vez en 1970 durante la Asamblea General de la ONU) para contribuir al 0,7% de su producto bruto interno (PBI) para el trabajo de desarrollo oficial en general, además de buscar soluciones que atenúen las cargas de la deuda externa de los países en vías de desarrollo. En la Declaración también se decidió habilitar a las autoridades locales, las organizaciones no gubernamentales y otros actores de la Agenda Hábitat, más allá del nivel de Gobierno, con el objetivo de incluir más asociados –de los cuales muchos ya poseen un conocimiento valioso sobre urbanización sin explotar– en el empeño de desarrollar viviendas y asentamientos humanos. Se adoptaron también medidas para proporcionar a los residentes urbanos el financiamiento para vivienda adecuada, con el apoyo de mecanismos económicos en el sector informal y el fortalecimiento del marco de trabajo regular y legal en relación al financiamiento de vivienda. Además, la Declaración defendía la divulgación del uso de material de construcción y tecnología adecuada y sostenible, con el objetivo de proporcionar vivienda y servicios de bajo costo que lleguen a los pobres, especialmente en los tugurios y asentamientos no planificados. La Declaración también reiteró el objetivo de la iniciativa “Ciudades sin Tugurios” para realizar una mejora significativa en la vida de al menos 100 millones de personas que viven en barrios precarios para el año 2020.

Fortalecimiento del mandato de ONU-Habitat: Resolución 56/206

En 2002, la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución 56/206, que fortaleció el mandato y la condición de la Comisión de Asentamientos Humanos, así como la condición, papel y funciones del Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat). Con efecto desde el 1 de enero de 2002, la resolución convirtió el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos en un órgano subsidiario directo de la Asamblea General de la ONU, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, conocido como ONU-Habitat. Asimismo, la Comisión de Asentamientos Humanos, órgano decisorio intergubernamental, pasó a ser entonces el Concejo de Administración (CA) de ONU-Habitat. Se decidió que el Concejo de Administración (CA) estuviese compuesto por 58 miembros, elegidos por el Concejo Económico y Social de la ONU durante un plazo de cuatro años. 16 de los miembros se eligen de África; 13 de Asia y el Pacífico; 10 de Europa Oriental; 10 de América Latina y el Caribe; y 13 de Europa Occidental y otros Estados. Mediante la resolución, ONU-Habitat también recibió el mandato de gestionar y supervisar la Fundación de las Naciones Unidas para el Hábitat y los Asentamientos Humanos (FNUHAH), órgano que recibe fondos y distribuye asistencia financiera a los programas de desarrollo urbano. Además, se prestó suma atención a la aplicación de la Agenda Hábitat, que hace particular hincapié en el logro del objetivo sobre vivienda adecuada para todos y desarrollo sostenible de asentamientos humanos. 

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A woman at a UN-Habitat sponsored safe water kiosk. © UN-Habitat