Rio de Janeiro, 30 diciembre 2016 -- Para mejorar las condiciones de vivienda de la población de Ramadi, ONU-Habitat reformó domicilios que habían sido damnificados por los enfrentamientos entre el gobierno de Irak y el Estado Islámico. En 2017, la agencia de la ONU debe reconstruir otras 104 residencias y cerca de 200 casas en el municipio.
En la provincia de Anbar, en Irak, ONU-Habitat reformó 123 unidades residenciales que fueron damnificadas por conflictos en el país. Las viviendas están localizadas en zonas que estaban bajo control del Estado Islámico, que ocupó la región hasta diciembre de 2015, cuando las incursiones del gobierno para reconquistar el territorio comenzaron.
Los enfrentamientos devastaron el barrio de Tameem, en Ramadi, una de las ciudades de Anbar que ya había sufrido daños causados por las acciones de los extremistas en el local. A pedido del gobierno de la provincia, ONU-HABITAT inició el proyecto “Promoviendo la Recuperación Urbana en Áreas Recién-Libertadas en Irak”, cuya primera fase ya fue concluida en Tameem. La iniciativa cuenta con el apoyo financiero de Japón.
Durante la próxima etapa, la agencia de la ONU debe reconstruir 104 viviendas y 200 casas a inicios de 2017. El segundo momento del proyecto está actualmente en fase de análisis técnica.
El jefe de la agencia de la ONU en Irak, Erfan Ali, explicó este martes (27) que la intervención de las Naciones Unidas se basó en las necesidades y voluntades de la comunidad, que se organizó en comités responsables por coordinar y articular las evaluaciones técnicas de los edificios que serían reformados. Más de 90 personas del barrio participaron del proceso.
El gobernador de Anbar, Sohaib Al-Rawi, afirmó que la recuperación de las zonas urbanas es “fundamental para permitir el retorno de la ciudadanía desplazada a Ramadi y otras ciudades”.