San Salvador, 23 noviembre 2015 – La frase fue repetida por varios especialistas internacionales durante la cuarta edición del Foro de Donantes de Centroamérica, que sucedió en el hotel Sheraton de San Salvador, la semana pasada. Representantes del tercer sector, bancos, cooperación internacional y Naciones Unidas, también dialogaron sobre la promoción de vivienda digna para familias de bajos recursos en la región.
Otro aspecto que generó consenso entre los panelistas fue la necesidad de comprender que el problema de la vivienda es también de pobreza, y que por ende, se debe entender las diversas causas y los diferentes efectos que eso conlleva para desarrollar enfoques integrales de solución.
“En muchos países de la región se habla de priorizar la inversión en educación y salud, lo que es bueno pero no podemos olvidarnos que más del 60 % de los latinoamericanos viven hacinados. Eso repercute directamente en los niveles de retorno de las políticas educativas o de salud”, dijo el representante de ONU-Habitat en México, Erik Vittrup, que tuvo la oportunidad de presentar información sobre la metodología del Índice de Prosperidad Urbana.
Para la especialista en Desarrollo Humano e Infraestructura Social del Banco Centro Americano para la Integración Económica, BCIE, Verónica Ruiz “no basta con haber entregado un pedazo de tierra a las familias. Lo que era importante en ese momento era capacitar a las familias en la construcción de sus viviendas, así como fortalecer a los gobiernos locales para brindar esa asistencia técnica de manera permanente”.
En América Central se mantiene la tendencia de la migración de familias de zonas rurales a las periferias urbanas. Eso sigue generando mayor presión para construir de manera desordenada y perpetuar el hacinamiento en los barrios populares.
En ese sentido, el representante de ONU-Habitat coincidió con Verónica Ruiz al mencionar que menos del 5 % de los fondos provenientes de los estados son destinados a programas de vivienda o asistencia técnica en municipalidades.