Bogotá, 23 diciembre 2016 -- Las áreas metropolitanas concentran el 41 % de la población urbana mundial y contribuyen a la riqueza de los países en un 60% del PIB global, aproximadamente. Estas áreas son consideradas motores económicos, ya que enmarcan dos elementos fundamentales: concentración y aglomeración.
Con más de 30 años de ejercicio metropolitano, Colombia tiene una vasta experiencia para afrontar el crecimiento de la conurbación. Desde la década de 1980 se han establecido seis áreas metropolitanas conformadas jurídica y administrativamente: Medellín (AMVA), Bucaramanga (AMB), Barranquilla (AMBQ), Pereira (AMCO), Cúcuta (AMC) y Valledupar (Área Metropolitana del Cacique Upar).
Según el Estado de las Ciudades de Colombia 2015, publicación de ONU-Habitat, las ciudades colombianas afrontan retos de gobernabilidad, provisión de servicios públicos, seguridad, calidad de vida, y otros factores inherentes a la prosperidad integral. Estos desafíos se traducen en un desarrollo económico, social, político y ambiental altamente desequilibrado, que dificulta y de hecho compromete, el desarrollo urbano sostenible.
Por esto, en 2012 ONU-Habitat diseñó el Índice de Prosperidad Urbana (CPI por sus siglas en ingles), un instrumento que, actualmente, más de 300 ciudades del mundo usan para identificar oportunidades y áreas potenciales de intervención para transitar hacia la prosperidad, traducido en equidad, inclusión social y calidad de vida.
En este contexto, el “Programa de Integración Urbano-Regional y Metropolitano: Componente Área Metropolitana de Bucaramanga”, promueve una articulación regional con relación al modelo de ocupación del suelo y la gestión de los territorios metropolitanos en el departamento de Santander y enfrenta desafíos generados por la débil integración territorial a escala metropolitana y la concentración de las decisiones municipales sin una mirada regional, lo que da lugar a bajos niveles de coordinación institucional.
Los altos resultados obtenidos por el Área Metropolitana de Bucaramanga durante la medición de Índice de Prosperidad –en temas como productividad; infraestructura y conectividad; y equidad e inclusión social– animaron a ONU-Habitat a realizar una aplicación detallada del CPI en sus instrumentos de gestión, específicamente, acompañar el proceso de formulación de su Plan Integral de Desarrollo Metropolitano - PIDM, y aportar la Rueda de la Prosperidad Urbana, una metodología para estructurar la visión de desarrollo que guiará al AMB durante los próximos años.
La aplicación del CPI a nivel metropolitano en el AMB sirve como experiencia piloto para que las demás áreas metropolitanas de Colombia avancen en la implementación de instrumentos que fortalezcan sus políticas públicas de planeación y gobernanza multinivel. Además, se constituye en un proyecto con grandes oportunidades de ser replicado a nivel Latinoamericano por otras regiones metropolitanas de países como Brasil, México y El Salvador.
Las actividades del Programa han beneficiado a quienes son responsables de la planeación territorial y la gobernanza multinivel en el AMB y los municipios que la componen, además de aquellos que definen las políticas regionales y territoriales para el desarrollo sostenible; instituciones gubernamentales y entidades involucradas en la implementación de estrategias de desarrollo metropolitano.
“Para el Área Metropolitana de Bucaramanga, el Programa es una herramienta fundamental y prioritaria para proyectar el desarrollo armónico y sostenible de más de un millón de habitantes que viven en los cuatro municipios que la conforman y los demás municipios que posibilitan su planeación integral con la región provincial, departamental y nacional. Nuestro Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, denominado "DIME TU PLAN" y los demás instrumentos de planificación contemplados en la Ley 1625 de 2013, actualmente en construcción, son una muestra inequívoca de las bondades del mencionado Programa, orientado y dirigido por ONU-Habitat”, dice Víctor Moreno Monsalve, arquitecto beneficiado por el Programa.
ASOAREAS y la Nueva Agenda Urbana
El Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB) y sus cuatro municipios (Bucaramanga, Floridablanca, San Juan de Girón y Piedecuesta) han sido fortalecidos por medio del Programa de Integración Urbano-Regional y Metropolitana, que comenzó en noviembre de 2014 y debe finalizar en diciembre de 2016.
La experiencia de ONU-Habitat, como entidad implementadora, fue puesta a disposición del AMB para realizar acompañamiento técnico a la estrategia de planificación y desarrollo metropolitano. La Asociación de Áreas Metropolitanas de Colombia – ASOAREAS, aliado permanente del Programa, facilita el diálogo con las áreas metropolitanas de Colombia en el intercambio de conocimiento y experiencias exitosas sobre integración metropolitana. Eso impulsa el desarrollo autónomo y sostenible de las comunidades bajo los principios de solidaridad, sostenibilidad ambiental, equidad, y equilibrio territorial y social.
“En el marco "Programa de Integración Urbano-Regional y Metropolitana" he tenido la oportunidad de acompañar a la Autoridad Metropolitana de Bucaramanga en la elaboración de los contenidos de base para la formulación posterior del Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial. Lo más enriquecedor para todos ha sido crear el espacio de reflexión, diálogo y debate sobre el encaje metropolitano en el contexto territorial de Bucaramanga, entre la escala departamental y la escala local”, afirma María Buhigas, urbanista y consultora de ONU-Habitat.
La Nueva Agenda Urbana ha incentivado el desarrollo de una serie de programas estratégicos para promover el desarrollo urbano sostenible y los procesos de articulación metropolitana. ONU-Habitat promueve cursos de capacitación en varios países para fomentar el aumento de las capacidades locales y nacionales a través de diálogos de alto nivel sobre planeación urbana y territorial; economía verde; construcción de índices urbanos; atención a estructuras urbano-regionales; mitigación del riesgo; y formulación de estrategias y lineamientos para garantizar procesos de descentralización.
“La planificación metropolitana es una asignatura pendiente en muchos territorios, no sólo de Colombia, sino a nivel global y son necesarios programas que permiten compartir prácticas, experiencias y a la vez profundizar en la especificidad de cada territorio, las dificultades y las oportunidades. La planificación metropolitana es un ejercicio principalmente político”, afirma María Buhigas.
El "Programa de Integración Urbano-Regional y Metropolitana" se articulará con otras iniciativas de ONU-Habitat en temáticas de integración urbano-regional y metropolitana en Colombia, especialmente con la Red de Áreas Metropolitanas de las Américas (RAMA), iniciativa que trabaja con el intercambio de conocimiento y de experiencias positivas en pro de la integración metropolitana.