Programa de Integración Urbano Regional Metropolitano PIURM Bucaramanga
Entrevista: María del Pilar Téllez Soler

Nota: Esta entrevista se hizo en el marco del proyecto. No se permite la reproducción de la totalidad o parte de este documento.

¿Brevemente, quién es, su cargo y particularmente cómo se has vinculado en el proceso de integración territorial del área metropolitana de Bucaramanga?

María del Pilar Téllez Soler, Asesora de Desarrollo Metropolitano y Sustentable del área metropolitana de Bucaramanga. Mi asesoría responde a atender los temas de planificación, de acompañamiento de hechos metropolitanos, la gestión del conocimiento metropolitano y la atención del tema de la cultura metropolitana. 3 temas que son el conjunto del trabajo que se realiza desde mi asesoría.

¿Desde qué año viene vinculada al proceso?

Desde el año 2012. Teniendo en cuenta el momento en el que te vinculaste, la experiencia, cuáles crees que son esos antecedentes que marcan la experiencia del proceso de planificación del área?

Lo primero que hay que contemplar es que se aborda la dirección del área metropolitana con un enfoque de integración, es decir que la gran apuesta del enfoque de gestión fue la integración del territorio y la integración que ya de hecho se tenía por la declaratoria del área metropolitana, que se de principalmente porque existía conurbación, por aspectos de funcionalidad y por movilidad. La apuesta se dio por la integración de política pública y de planificación del territorio.

Además de eso, de establecer una institución que estaba liderada por una junta metropolitana en la cual tienen voto en igual proporción los alcaldes del área metropolitana. En conclusión, lo que marcó el cambio entre lo que se venía haciendo en el área metropolitana con lo que se hizo con la transformación fue el enfoque de dirección hacia la integración del territorio más allá de la conurbación y de la funcionalidad entre los municipios, sino hacia la determinación de políticas públicas y de una gobernanza metropolitana que permitiera integrar el territorio.

¿De qué manera ese contexto se inserta en el proceso más nacional e internacional?

Realmente uno de los mayores desafíos al momento de iniciar la gestión en el área metropolitana fue la modificación que hubo a la ley de áreas metropolitanas donde se pudo abordar otro estilo de planificar y de gobernar las áreas metropolitanas. Obviamente, al momento de planificación que ha estado viviendo el país, donde estaban muy centrados los ojos de la planificación en territorios que tuvieran densidad poblacional. Como fue el proyecto de Sistema de Ciudades del DNP, le dio otro nivel al tema de la metropolización, de las instituciones de área metropolitana.

Entonces, sale la modificación de áreas metropolitanas en donde se le da otro contexto de mayor nivel a estos esquemas asociativos. Si bien a nivel nacional estaban puestos los ojos en estos esquemas asociativos territoriales, uno de esos esquemas brillaba más, como son las áreas metropolitanas por tener una reglamentación específica y que le da otra forma de accionar a las áreas metropolitanas, diferentes a las otros esquemas asociativos y el hecho de ser institución pública, le da otro contexto a las áreas asociativas.

Ese tema de la nueva ley de áreas metropolitanas hace que tome mayor renombre a nivel nacional y obviamente, el hecho de la reglamentación que tenemos, como una experiencia ya ganada en esa reglamentación, hace que se sobresalga a nivel internacional. Esa reglamentación no existe a nivel internacional de la forma en que nosotros la tenemos en Colombia y esto le da fuerza a nivel internacional porque somos generadores de conocimiento sobre el tema de desarrollo metropolitano. Volviendo un poco a lo anterior y vinculándolo con esto, cuáles cree usted que fueron las motivaciones para dar un paso decidido a esa planificación en conjunto.

Tenemos ya el tema del contexto nacional, tenemos el tema del contexto internacional, tenemos una dirección decidida a hacer una planificación conjunta. Usted cree que hay otra motivación para promover esta integración real? Si, a través del conocimiento del territorio, de sus fenómenos y de sus oportunidades, cuando se genera conocimiento sobre el tema, cuando se sabe qué está pasando en el territorio definitivamente se transforma la cultura de gobernanza.

Pasa de una cultura de gobernanza local a darse una cultura de gobernanza metropolitana con la posición de tomar decisiones basadas en el conocimiento y entendiendo que es mucho más efectivo trabajar por la integración del territorio, apostarle a la integración, porque es mucho más eficiente la administración de ese territorio. El hecho de un gobierno metropolitano (la junta) haya decidido hacer mucho más eficiente la administración del territorio, hace que se pueda dar la planificación con mayor decisión y que se tenga en cuenta.

Si bien la Ley 1625 establecía que se debían entender estos instrumentos de planificación como normas de superior jerarquía y orientadoras de la planificación local, sin duda esa planificación local no tiene desarrollo y no es tomado en cuenta si no hay un gobierno metropolitano decidido a hacerlo.

¿Cómo se ha dado la gestión del conocimiento en el área metropolitana? ¿De dónde surge la idea, se convierte en el pilar porque entendemos que nos ayuda a planificar mejor pero cómo llega a institucionalizarse por ejemplo un Observatorio Metropolitano?

Definitivamente cuando llegamos en el 2012 y empezamos a hacer la labor de asesorar la planificación local para lograr que los planes de desarrollo de los municipios tuvieran el enfoque metropolitano, encontramos que, definitivamente, la planificación local se hacía basado en un conocimiento muy deficiente del territorio.

No existían datos de los municipios de determinados aspectos o si existían era muy difícil recopilarlos y habían municipios que tenían que planificar según los datos del municipio núcleo porque no habían más datos. Ahí encontramos la necesidad de tener más información del territorio, una información metropolitana pero esta también dividida por municipios, para que se pudiera comparar el desarrollo de los cuatro municipios y poder tener una visión comparativa de lo que estaba pasando en el municipio frente a los otros municipios del área metropolitana y cómo se hacía esa comparación municipio - área metropolitana.

Ante esa deficiencia en la primera planificación en la que hicimos parte, pues se decidió desde el área metropolitana siendo una institución de naturaleza planificadora y no tener un instrumento de gestión del conocimiento del territorio, hacía deficiente esa asesoría en planificación que debíamos hacerle a los municipios y por consecuencia, no podía, a la falta de conocimiento, identificar los puntos de encuentro de los 4 municipios y los mismos desequilibrios en los 4 municipios.

Es por eso que decidimos apostarle a una estrategia de gestión de conocimiento que es el Observatorio Metropolitano, apuntándole a dos cosas principalmente:

  1. Que fuese un instrumento para la toma de decisiones = Para el buen gobierno.
  2. Instrumento para mejorar las competencias de la participación ciudadana.

Cuando los ciudadanos, los gobernantes y los miembros del sector público entienden qué es lo que pasa en su municipio y en el territorio del área metropolitana, cuáles son las ventajas y los desequilibrios por el hecho de ser una metrópoli, pueden tener un mejor desempeño en su gobierno, una mejor participación para hacer una transformación de la participación ciudadana que sea representativa a una participación ciudadana contributiva.

En donde proponer, desde el sector privado y de los ciudadanos, pueda transformar el territorio, es el conocimiento el vehículo para la transformación del desarrollo.

¿Cómo se llegó a implementar esta estrategia del Observatorio, qué fue lo que hicieron, quiénes fueron los socios en ese proceso?

Fue una apuesta del área metropolitana, en principio, donde Naciones Unidas nos acompañó en el programa del PNUD, haciendo la primera estructuración del Observatorio. Posteriormente con esa estructura nosotros le dimos un enfoque de sustentabilidad y ya con un equipo propio del área metropolitana, donde todos los municipios le apostaron al tema.

Si revisas los planes de desarrollo municipal todos tenían esa meta, de crear un Observatorio Socioeconómico del área metropolitana y, en ese sentido, la siguiente etapa no fue un Observatorio Socioeconómico sino un Observatorio de Sustentabilidad, de desarrollo sustentable que es el enfoque que tiene actualmente el Observatorio y lo último que hicimos fue apostarle al tema de la prosperidad urbana y adoptamos la medición del índice de prosperidad urbana.

El Observatorio ha sido el primero en medir este índice a 2014, una iniciativa de ONU Habitat. Es un Observatorio que ha tenido un enfoque en el que ha sido un instrumento útil y cómo debe ser útil, le apostamos a que la información se masifique. Esta debe ser presentada de una manera sencilla para que cualquier ciudadano pueda entenderla.

Si bien tiene todo el soporte técnico de los indicadores de un Observatorio, la comunicación de la información es sencilla, para lograr la utilidad del Observatorio. Ese ha sido uno de los elementos diferenciadores de este Observatorio, porque realmente lo han podido utilizar los ciudadanos.

¿Desde su experiencia, hablemos un poco de los efectos. Tienen conocimiento en qué cosas lo han utilizado los ciudadanos o los empresarios?

Definitivamente hemos avanzado mucho en que la toma de decisiones sea basada en información. Estamos trabajando para el segundo objetivo, que la participación ciudadana se transforme, ese no es tan fácil porque es toda la ciudadanía. Pero lo hemos abordado transformando la forma de comunicar los datos para que la gente la utilice. En ese tema vamos trabajando, no hay una experiencia específica de cómo utilizan la información del Observatorio.

Ya estamos trabajando con empresarios. Qué nos interesaba en la primera instancia: que el Gobierno lo utilizara par ala toma de decisiones, porque venía la planificación. Hoy en día, la planificación de los planes de desarrollo municipal está basada en la información del Observatorio.

¿En términos de sinergias o de asociaciones alrededor del Observatorio, han realizado articulaciones con otros actores?

Sí, hemos hecho sinergias con las instituciones. Que son los que generan la información. Si bien hay información de educación que publica el DANE nosotros tenemos sinergias con las secretarías de educación de los municipios, por lo que tenemos un dato mucho más de territorio y mucho más real que el del mismo Departamento de Estadística, pues estamos dedicados solamente a estos cuatro municipios.

Primero hemos hecho sinergias con las instituciones que generan la información; alcaldías con sus secretarías, departamento, Gobernación de Santander, el INPEC, la Cámara de Comercio, porque lo que queremos es tener datos del territorio mucho más cercanos.

¿Tienen la idea, en el futuro del Observatorio, de continuar con las sinergias o de articulaciones?

Yo tengo la idea de que el Observatorio tiene que avanzar a ser un centro de pensamiento, es decir que no sea sólo la observación de lo que está pasando sino la investigación de los fenómenos.

Ahí quisiera entrar a articular los centros de investigación, de modo que cuando el Observatorio identifique un fenómeno metropolitano haya un brazo de investigación que lo analice y entregue soluciones, para que no sólo sea entregar el dato y ya.

Para avanzar en ello, lo primero que hay que hacer es articular la academia con los centros de investigación para que la investigación se centre en los fenómenos propios de este territorio.

¿A la fecha cuál ha sido la participación de la Academia en el proceso del Observatorio y en general en los procesos del área?

En los procesos del área siempre han estado invitados en los temas de planificación, han estado participando en las jornadas en que hemos trabajado la planificación del territorio y en el Observatorio somos mucho más consultados por ellos, somos instrumento de consulta de sus estudiantes.

¿Volviendo al Observatorio, cuál cree usted que es ese elemento innovador del proceso del Observatorio? ¿Que le permite tener una transferibilidad y una escalabilidad del Observatorio? ¿Por ejemplo me comentaba ese intercambio con la ciudad de San Salvador?

Si, el elemento diferenciador es que el Observatorio Metropolitano tiene un estilo basado en la sencillez, en la utilidad y en la facilidad de su uso. No es nada, sin perder la base técnica que tiene que tener, el Observatorio es capaz de producir datos sencillos para que sean útiles para los ciudadanos y lo adquieran de manera fácil el conocimiento.

Entonces hemos intentado diversificar mucho la forma de comunicar los datos del observatorio. Porque si bien a los técnicos les interesa ya lo más profundo de los indicadores, al tomador de decisiones, al representante de la ciudadanía le interesa el dato.

Ese ha sido el diferenciador: el Observatorio es una cosa sencilla que cualquiera lo puede utilizar, nos hemos enfocado mucho en masificar el conocimiento y en diversificar los escenarios donde se adquiere el conocimiento.

Para nosotros desde el Observatorio, cualquier escenario es un espacio para presentar el conocimiento: el cine, la calle… Estamos tratando de llevarlo a unos escenarios que no son los tradicionales y de llevarlo de una manera sencilla.

De modo que analizando una dinámica de la forma de vivir de los ciudadanos y de adquirir la información, también vamos nosotros desde el Observatorio, a través de infografías que llegan a los teléfonos celulares, a las cuentas de Facebook, a los videos de youtube, a los restaurantes, al cines, de una manera muy sencilla se adquiere conocimiento.

¿PLANIFICACIÓN: Cómo se dio ese proceso de planificación, cuál fue el contexto, entiendo que fue bastante innovador la forma como involucraron a los diferentes actores y como los mantuvieron activos?

El tema de la planificación, desde la reglamentación avanzamos mucho en el tema que el plan de desarrollo metropolitano fuera una norma de superior jerarquía. Eso dio otra ambientación en la atención de los ciudadanos, del sector privado, de la academia y del sector público.

Había también otro contexto, iba a haber cambio de gobierno, lo que implicaba que si teníamos ese instrumento de superior jerarquía de planificación justo en el momento del cambio, esa norma iba a ser incorporado en la planificación local y lográbamos la integración desde la planificación y es la etapa en la que estamos ahora; incidiendo desde la planificación metropolitana en la planificación local. En ese trabajo nos ha acompañado mucho el DNP.

El tema reglamentario de las áreas metropolitanas y específicamente los elementos de planificación, la oportunidad de poder incidir ya inmediatamente por el cambio de gobierno, es decir eso dio otro contexto al momento de planificación.

De entender que iba a ser un instrumento que iba a utilizarse, logramos entender que debíamos avanzar en la primera instancia en identificar los temas jalonadores del desarrollo. Los temas que podrían transformar el desarrollo en el área metropolitana y vincularlos en primera instancia a los técnicos, a los expertos en los diferentes temas, para lograr una primera base de adquirir la opinión de hacia donde debía ir el desarrollo del territorio desde el aspecto técnico, desde la experticia.

Eso nos permitió ver un panorama de lo que se estaba buscando desde la experticia y el enfoque de desarrollo del territorio y posteriormente, abordando una metodología de prospectiva, logramos identificar esas variables estratégicas del desarrollo y llevarlo a un contexto de los actores políticos. Entonces si bien lo técnico tenía que unirse con lo político del territorio, entonces vinculamos a los concejales, a los alcaldes, diputados, para que desde el punto de vista político cómo veían el enfoque de desarrollo del territorio.

Unimos lo técnico con lo político y posteriormente lo que hicimos, yendo a un nivel mucho más avanzado, de unas variables estratégicas a unas fuerzas jalonadoras del desarrollo, lo llevamos al otro aspecto o grupo de participantes, que eran los actores de opinión.

Ese enfoque de desarrollo que ya tenía el enfoque técnico con el enfoque político, lo pusimos al análisis de los actores de opinión; periodistas, editorialistas, directores de gremio, principalmente ellos. Y de ahí logramos identificar las líneas estratégicas. Ahí si las fuerzas jalonadoras de la planificación y las líneas estratégicas entre ellas abordar el enfoque de desarrollo.

Unido a esto ya nos unimos con ONU-Habitat para recoger todo su enfoque basado en la prosperidad, que calaba muy bien con lo que habíamos identificado en el territorio. Lo que hicimos fue ordenar todo eso en el enfoque de prosperidad urbana, donde le hicimos unos ajustes a los requerimientos del territorio y donde el centro de ese enfoque de desarrollo es la gobernanza, la cultura y la planificación. Y abordamos lo que hemos llamado la Rueda de la Prosperidad para abordar los componentes del plan, las líneas estratégicas y los principios estratégicos del plan.

¿Esa Rueda de Prosperidad por qué se ajustó tan bien a la realidad? ¿Cuál es su opinión frente a eso, o no tan bien, por qué le dio ese sentido?

Digamos que porque el tema de prosperidad urbana es un tema del orden del día que ONU Hábitat ha venido estudiando mucho, que está basado en la agenda urbana, que tiene Naciones Unidas y que atiende a los requerimientos de los tres actores que tuvimos en la planificación metropolitana.

Caló desde lo técnico, pasó por lo político y de opinión y logramos tener un enfoque ajustado en donde nosotros incluimos en el centro de la rueda no solamente la gobernanza, la planificación y la cultura.

¿Cuéntanos un poco más de ese enfoque cultural?

Definitivamente el tema de la cultura hace el estilo del accionar, tanto del gobierno como del ciudadano. Si yo tengo una cultura metropolitana, entiendo los desafíos que hay en un territorio metropolitano y la aporto a esos desafíos con propuestas.

Y no solamente con representatividad de la ciudadanía. La cultura metropolitana tiene que ser una cultura colaborativa, que acepte pactos, convenios, compensaciones, entonces tanto el ciudadano como el gobernante entienda que la cultura de su accionar frente al desarrollo de su territorio es colaborativa, entiende que debe haber financiación conjunta de proyectos, entiende que debe haber una misma política pública sobre determinado tema para poder abordar la problemática desde lo estructural. Que si bien lo pueden abordar desde lo local, va a ser muy de la atención inmediata.

Pero si es una política integrada, si es una política que aborda a todo el territorio, se va a atender lo estructural de los fenómenos. Definitivamente, si logramos que la cultura del accionar frente al desarrollo del territorio sea una cultura colaborativa, estamos hablando de una cultura metropolitana. Esa cultura colaborativa tiene que permear la toma de decisiones, la participación ciudadana, la forma de proyectar el desarrollo, de hacer los proyectos, de cofinanciar los proyectos, de administrar los territorios.

Y eso es fundamental, si yo no tengo cultura colaborativa, no voy a entender una planificación metropolitana y no voy a entender una política metropolitana.

¿Volviendo al tema de planificación, en sus palabras cuáles son los principales resultados que ha tenido el área en materia de planificación?

Principalmente, hemos avanzado en un primer paso que nos ha permitido planificar metropolitanamente el territorio, es la declaratoria de hechos metropolitanos. El hecho de que hayamos avanzado en hechos metropolitanos sociales, económicos, ambientales, cosas que no habían pasado antes, ha permitido que esa declaratoria prenda las alarmas y diga: aquí hay temas que nos unen y que nos toca planificarlas en conjunto.

Y esa planificación sectorial por esos temas que abordamos los hechos metropolitanos, es una planificación sectorial que nos permitió decir: vamos a trabajar de la misma forma y vamos a planificar ya abordar de la misma forma los cuatro municipios el manejo de los residuos sólidos. Planifiquémosla igual, abordémola igual…

Y esos fueron como los primeros pasos para entender la planificación metropolitana, si podíamos hacer en los cuatro municipios lo mismo, sin que ninguno de los cuatro perdiera su independencia administrativa y política, que es el mayor temor en estos casos.

Cuando abordamos el tema del control al transporte informal, como hecho metropolitano, fue el siguiente ejercicio de decir: tenemos esta misma problemática, basada en el conocimiento que nos da el Observatorio y decidimos planificar el control de la misma forma en los cuatro municipios y todos le apostamos a eso.

Sin perder la autoridad de las direcciones de tránsito de cada uno de los municipios y para obtener resultados mucho más eficientes para abordar este fenómeno metropolitano del transporte informal. Y mucho más allá cuando declaramos como hecho metropolitano el servicio público del empleo con el objetivo de racionalizarlo.

Se entendió cómo las oportunidades estaban dadas para los ciudadanos en los cuatro municipios, que el tema del mercado laboral no es especial para cada municipio, sino que es el mismo para los cuatro, entonces se entendió cómo abordar el servicio público del empleo para racionalizarlo y hacerlo más eficiente en los cuatro municipios.

Esa fue la antesala a tener un plan integral de desarrollo, cómo a través de pequeños ejercicios de planeación por la vía de la declaratoria de hechos metropolitanos, nos permitió con la experiencia, una aceptación, que se permeara la cultura de gobierno principalmente para hacer una planificación metropolitana. Y posteriormente, con estos ejercicios, el gobierno metropolitano acepta tener un plan integral de desarrollo y lo asume en diciembre como un instrumento de planificación.

Que ha sido bien aceptado, primero porque fue absolutamente consultado con todos los actores, donde ellos ven reflejada su opinión, su propuesta y segundo porque, siendo una planificación metropolitana tiene unas líneas estratégicas que se van a bajar a los municipal en los planes y han sido muy efectivas, tanto que el municipio de Bucaramanga va a tomar el mismo esquema de planificación, la comisión regional de competitividad lo va a tener en cuenta, otros municipios del área metropolitana están incluyendo programas que están dentro del plan integral de desarrollo y el enfoque de prosperidad en la planificación metropolitana.

Es un plan que ha sido legitimado y validado. ¿Cuál diría usted que es el grado de transferibilidad y escalabilidad de eso?

Si estamos hablando que otros municipios van a planear con base en esto… Tenemos 10 años para implementar todos los programas. Estamos identificando cuáles deberíamos abordar en esta etapa de gobierno para que queden todos los planes de desarrollo lo mismo.

De modo que podamos tener unos avances en este cuatrienio, en la implementación del plan y que todos le sumemos a lo mismo. No vamos a poder abordar todo el plan porque es a 10 años, pero sí que podamos tener unas victorias tempranas en este cuatrienio sobre determinadas líneas estratégicas que tiene el plan.

¿En el tema de cultura, cuáles son esos antecedentes, cuáles serían esos resultados principales?

Antecedentes: el primer ejercicio de cuando empezamos a identificar la necesidad de la transformación de la cultura, fue precisamente la planificación. Cuando fuimos a hacer la asesoría de la planificación local nos encontramos que era bastante difícil incluir el enfoque metropolitano en los planes de desarrollo municipal, los municipios se entendían en lo local, no entendían su relación con su vecino en el área metropolitana.

Es muy difícil que se entiendan dentro del territorio metropolitano y planifican sólo para ellos dentro de sus límites y cuando veías el plano del municipio lo veías solito, no lo veías inmerso en el área metropolitana. Fue muy difícil incluir el enfoque metropolitano, lo incluíamos en una sesión del consejo y a la siguiente sesión ya no estaba el enfoque metropolitano en el documento plan.

Tocaba volver a explicar para que volvieran a incluir lo del enfoque metropolitano. Lo otro fue dejar temas estratégicos de articulación con el área metropolitana y también fue muy difícil convencerlos porque entendían, tanto los funcionarios como los concejales que iban a perder su autonomía administrativa local.

Ahí fue la primera identificación de la necesidad de la transformación de la cultura. También está el tema de la transformación de la participación ciudadana, identificamos que la participación ciudadana se hace desde la representación. Si necesitamos una cultura colaborativa, no nos sirve, teníamos que avanzar en mejorar las competencias de la participación ciudadana.

Y esas competencias se mejoran a través del conocimiento. Necesitábamos una cultura ciudadana, donde el ciudadano entendiera que a través de la cofinanciación un alcalde de un municipio aporte a otro municipio para solucionar el problema. Y en ese trabajo estamos porque no es fácil.

Necesitamos una cultura metropolitana para el desarrollo de proyectos; cuando se piense hacer un centro comercial o un restaurante, se debe pensar para un área metropolitana no para un municipio. Necesitamos tener una cultura ciudadana para que le apuntaran al desarrollo, que tuvieran una visión metropolitana. Lo otro es que la cultura tenía que aceptar la colaboración, tenía que entender que lo que el ciudadano haga en un municipio le afecta al resto del área metropolitana.

Ahí empezamos a identificar esa necesidad de cambiar la cultura local a una metropolitana que permeara al gobierno, al sector público, al sector académico y a la ciudadanía en general, para que hubiese más fácil la planificación, la toma de decisiones y más allá la financiación de proyectos.

¿Y en términos de resultados de cultura, cuáles diría usted que son los principales resultados?

Hemos avanzado en el tema de cultura con algunos sondeos que hemos hecho para identificar problemáticas comunes. El hecho de que tengamos hechos metropolitanos declarados, con una reglamentación específica para abordarlos, eso es un avance en la cultura, en que se ha permeado la cultura de gobernanza con enfoque metropolitano.

Nos falta mucho por hacer para permear la cultura del ciudadano y en eso estamos trabajando mucho para darle conocimiento de lo que pasa en el territorio y ellos puedan tener un enfoque metropolitano en su relación con el territorio.

¿Y Soy Metropolitano, usted diría que es un resultado del Observatorio o de cultura?

Es un resultado de cultura, es el programa de cultura metropolitana y a través de ese programa divulgamos mucho el conocimiento del territorio, que está basado mucho en lo que sacamos del Observatorio. Pero Soy Metropolitano es un estilo de relación con el territorio.

¿Usted maneja ese programa?

Sí, es una idea mía, es el estilo de la dinámica del ciudadano con el territorio, desde el aspecto donde está, sea como funcionario público o como actor del territorio. Es como yo me relaciono con mi territorio y cuál es mi responsabilidad con todo el territorio.

Soy metropolitano tiene que ser una persona que respeta la legalidad, porque utilizo el servicio público, cuido el espacio público. Ser metropolitano es un ciudadano que tiene valores y respeta su territorio para poder ejercer sus derechos y permitir que otros ejerzan sus derechos en el territorio.

¿Cuáles cree usted que son los principales retos que tiene el área de cara a estos cuatro años?

Nosotros tenemos que seguir con la integración, ese es el principal reto, si bien hemos avanzado, tenemos que seguir por ese mismo camino. Pero esa integración a través de los hechos metropolitanos, para que en eso confluya el conocimiento, la planificación y la cultura. Entonces la integración debe permear el conocimiento, la cultura, la planificación…

Además de eso el reto de hacer mayor armonización entre el gobierno nacional y las áreas metropolitanas, cómo las áreas metropolitanas son instrumento de mayor eficiencia para la gestión del Estado. Es más fácil gestionar a través de un área metropolitana que, en nuestro caso cuatro municipios.

Cómo lograr que estas áreas sean un instrumento de la gestión del Estado en el territorio: nosotros tenemos que seguir avanzando en la integración más que lo de hecho, sino en la integración de política pública, que está basada en la planificación.

¿Y de cara a la internacionalización y a la Agenda Urbana Internacional?

Tenemos todos los retos, ahí nos integramos en las apuestas de la Agenda Urbana, nosotros somos los instrumentos para que esa Agenda se materialice.